Realidad Virtual
La Realidad Virtual se convierte –a muchos niveles socioeconómicos- cada vez más en el yerno que toda madre desearía tener. Hasta el momento, y desde la aparición del headset Oculus Rift de Oculus VR, en el verano de 2012 en la plataforma de crowdfounding Kickstarter, le han salido muchas novias.
Un futuro prometedor
Hace unos días surgió el rumor –y parece mucho más que sólo eso- de que Microsoft lleva tiempo desarrollando su propio headset de realidad virtual en secreto, y cuyo lanzamiento oficial para Xbox One podría tener lugar el año que viene. Se dice, además, que está ya en manos de distintos desarrolladores, incluso del gigante de los videojuegos Rockstar Games, cuyos directivos podrían tener entre manos un prototipo de este headset. Todo parece estar en el aire para unos, pero muy asentado para otros.
Resulta fácil hacer la analogía de la realidad virtual con la carrera espacial del siglo pasado. Todos quieren llegar los primeros. Hasta ahora, éstos son los candidatos; a pesar de destinarse a distintos formatos, todos se alimentan de la misma esencia: la Realidad Virtual.
Quizá no sea cuestión de ser el primero, sino de ser el mejor. O quizá haya lugar para todos y la Realidad Virtual no sea un ente que busque nada, sino una herramienta. Realmente no es el fin, sino un medio de alcanzar lo inalcanzable.
Quizá sí que haya camas pa’ tanta gente.
